Es inevitable celebrar por parte de todos el día internacional de la mujer el día 8 de marzo. A través de una flor, un gesto, una palabra como por ejemplo: cuando vino el cartero a la casa de mis papás y me dijo ¡Feliz día! En fin, son distintas manifestaciones, pero por otro lado, se vuelve a analizar sobre las brechas salariales en materia económica que existen entre hombres y mujeres, como también las pensiones, pero poco se trata o se estudia el nivel de productividad de las mujeres preocupadas del día a día de los hijos, de ser esposa, madre, hija, hermana y profesional correspondiendo a un conjunto de elementos que sumados tienen un valor especial. Mujeres, que hacen patria en distintos puntos de nuestro territorio nacional, el hecho se invisibiliza pero gracias a esas acciones tantos niños(as) salen adelante y permiten que este país se desarrolle en el ámbito de la familia, social y otros. Sin darnos cuenta los días transcurren y, cada día interactuamos con mujeres y el respeto, la gentileza y la bondad deben ser permanentes los 365 días del año.
Si bien es cierto, han existido avances en término del genero femenino, hay otros temas que están al debe, que guardan relación con la educación, la cultura, otros. El libro que lo refleja muy bien es “Asuntos pendientes: Mujer, trabajo y familia”. El título del presente artículo es de la de autora Anne-Marie Slaughter, quien fuera directora de Planificación del Departamento de Estado estadounidense entre 2009 y 2011. Dejó su puesto para volver a su trabajo como profesora en Princeton para estar más cerca de su familia. En el libro Marie nos hace reflexionar en el mundo competitivo que hay hoy por hoy, el rol que cumplimos como madres, esposas e hijas en nuestro entorno familiar y en el trabajo, con o con pocas facilidades en términos de legislación. La autora llega a la conclusión que los “TRABAJOS” no se han adaptado a nuestra realidad dado que en la cultura que impera, todavía, tiene muy arraigado el pensamiento que si uno solicita permiso para ir al médico, cuidar a los niños, acompañarlos a actos escolares, cuidar a los padres o acompañarlos, es menos competitivo que el otro (otros libros: Opting Out? Why Women Really Quit Careers and Head Home); faltando políticas de Estado al respecto. Recientemente se publicó por parte de la Fundación Chile mujeres que el 68% de mujeres debe desertar de sus trabajos por razones familiares. Dicho lo anterior, esto nos hace reflexionar que si bien es cierto, se ha avanzado en un posnatal de 6 meses, y en medidas parentales donde ambos padres pueden cuidar al recién nacido, aún falta avanzar en políticas públicas, diría funcionales, para madres trabajadoras, que permitan que las mujeres puedan tener permisos de carácter especial cuando hay que operar a niños y estos se encuentren aún muy dependientes, lo cual puede durar hasta los 6 años de vida; situaciones como estas son importantes considerando que especialidades y prestaciones médicas se encuentran en la región metropolitana y no en regiones, como también el cuidado de los padres y hermanos en caso de emergencias o fuerza mayor, esto no es solo responsabilidad de un Estado sino también de empleadores que permitan flexibilizar y generar instancias siempre y cuando haya buen desempeño de por medio. En fin, estamos en pleno siglo 21 existiendo un sentir de la población en que faltan avances significativos en términos de Mujer, familia y trabajo.
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