Señor Director:
La vuelta de los talibanes al poder en Afganistán es una pésima noticia para la humanidad, sobre todo para las mujeres. La propia cultura o religión no pueden justificar la vulneración de la dignidad de las personas y sus derechos fundamentales. Con el régimen talibán las mujeres no pueden trabajar ni estudiar, desplazarse libremente sin compañía masculina, mostrar el rostro, y un largo etcétera. Desde que nacen hasta que mueren permanecen bajo la férrea sujeción de un varón y cualquier desobediencia puede significarles hasta la muerte. ¿Cómo pueden los gobiernos del mundo permanecer indiferentes ante tamaña injusticia?
Jimena Valenzuela del Valle
Directora del Instituto de Ciencias de la Familia
Universidad de los Andes
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