Columna de Opinión de Paula Guerrero Zaro
MBA Executive, Diplomado en Dirección de Recursos Humanos.
Ingeniero Civil Industrial e Ingeniero en Ejecución en Computación.
Como no recordar esa canción que tanto me enorgullecía cuando era niña, siendo de la brigada de tránsito: “…si el mal acecha la paz del nido, do la inocencia se cobijó, vamos sin miedo tras el bandido; somos del débil el protector…Carabineros de la Nación”. Tiempos eran aquellos. Hoy todos centrados en el fraude de más de 26 mil millones de pesos y, la guinda de la torta, operación Huracán; al margen que el General Director no sienta una responsabilidad de línea en una Institución jerarquizada y que el Ministerio del Interior y Seguridad Pública no se haga responsable en pedir la o las renuncias correspondientes, la ciudadanía seguirá desconfiando de la institucionalidad y su descrédito, no es menor en un país que debe dar señales de transparencia y probidad en el Siglo XXI.
Pero debemos ser positivos y viendo el vaso medio lleno, siguen existiendo necesidades institucionales y es por eso que Carabineros postula a través de la circular 33 o el Sistema nacional de inversiones (SNI) a recursos del FNDR ya sea para infraestructura, vehículos y equipamiento; lo cual es un apoyo para tantos Carabineros que cumplen una labor de servicio público en distintos puntos de nuestro territorio nacional como también es un desarrollo de orden y seguridad pública en las comunas de nuestro país. El punto es que Carabineros no sólo se reduce a lo que está pasando, en la Institución existen distintas áreas donde trabajan tanto uniformados como civiles, es el caso de: Sección de mediciones psicométricas, Escuelas de Formación, Hospital de Carabineros, cooperación internacional, entre otras. También, Carabineros realiza laborales en la prevención y detección de delitos de baja y alta complejidad, labores de rescates y de emergencia, por ejemplo, los recientes aluviones donde ellos ayudaron a tantos chilenos(as). No hay que perder de vista que muchos Carabineros hacen laborales sociales y de servicio público, en zonas urbanas y rurales, siendo el protector del débil, espíritu que debe mandatar y primar en su labor diaria. Ellos requieren el apoyo del Estado como también: bomberos de Chile, fundaciones, establecimientos educacionales entre tantos otros. Por tanto, el Ministerio del interior tiene un rol en lo que cabe respecto de la seguridad pública del país desde el año 2011 donde las Instituciones de Carabineros y la PDI fueron traspasados desde la cartera de Defensa a Interior en el contexto de la ley 20.502, donde uno de sus apartados era crear la Política nacional de seguridad pública, la cual está creada pero no impide a la luz de los antecedentes que haya una prioridad de gobierno en la modernización de los servicios públicos, aplicando medidas respecto de la prevención del delito en las dimensiones correspondientes.
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