Desde que se instauró la inscripción automática y el voto voluntario, la cantidad de abstención ha sido alta, en las pasadas elecciones municipales llego al 65%. Ahora, la pregunta es si los candidatos entienden de verdad el fenómeno. Ya uno de los candidatos presidenciables reconoce que votó nulo, específicamente la candidata del Frente Amplio, causando una serie de dudas al respecto, dado que si no creía en el sistema, fue a votar y votó como votó, hoy está inmersa en el mismo sistema político que rechazó en su oportunidad y, obviamente, no votará nulo por razones evidentes. Pero en fin, vamos más allá y supongamos por una fracción de segundos que soy candidata al Senado o a la Cámara de Diputados o a Core. ¿Qué le diría a aquellas personas que no están pensando en ir a votar? El ir a votar es (y este mensaje va dirigido al chileno y chilena que vive en Atacama o tiene razones de peso para estar conectado con la región)la expresión de la democracia. Este próximo 19 de noviembre mandata no sólo los derechos que se exigen todos los días, mandata el deber, el sentido republicano, del latín Res publica o “cosa pública”. Este último concepto tiene una dimensión distinta y para ser candidato se debe haber estado trabajando en ello por un tiempo prolongado, haber cultivado paciencia, ingenio y velocidad ante las situaciones que hayan revestido complejidad. También, pueden existir candidatos que no hayan estado en el sistema pero lo hayan estudiado, hayan profundizado en él a tal punto de contar con mérito para optar a un cargo público de esta naturaleza; luego, hay que establecer un sello propio, podría ser: “Entendamos y hagamos crecer de forma unida a la Región de Atacama”, convengamos que establecemos un alcance y éste debe ser realista. Lo principal, entender que el cargo no puede ser un semi-dios, sino debe tener bondad y humildad para poder trabajar con equipos técnicos y políticos, sobretodo en aspectos que guarden relación con proyectos de ley, glosas presupuestarias, proyectos de inversión regional y gestión de recursos, no limitándose a las actividades protocolares del cargo. Segundo, entender que no sólo Atacama se compone por organizaciones sociales, también tiene trabajadores, dueñas de casa, adultos mayores, juventud con anhelos y sueños, que requieren oportunidades y a quienes se les debe generar entornos de vida que les permita no sólo ser competitivos sino seres que se humanicen y empaticen con la realidad del otro. Continuemos, uno de los mayores problemas es la fragilidad de las comunas; actualmente no hay ley que separe la emergencia de la gestión de riesgos, esto debe abordarse como un compromiso prioritario y debe trabajarse con ahínco, sobre todo porque una región crece en la medida que existan sistemas estratégicos, tales como, educación, salud, entorno, servicios, conectividad que permitan encontrarlos en la región y no necesiten ir a otros lados a buscarlos. Entonces, entendiendo que es casi imposible estar de acuerdo con todas las medidas de un candidato, el votar nulo o blanco no favorece en nada a que un sistema tenga cambios, cambios que deben producirse por la vía democrática.
Lo cierto que al final del día, no soy candidata, pero por convicción voy a ir a votar este próximo 19 de noviembre a mi región, por mi región, diciéndole no al centralismo, marcando con decisión y convencimiento la alternativa que más se acerca a lo expuesto.
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