19 de Marzo de 2025

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Várices: más que un problema estético, una alerta para la salud 

Clínica Miguel Claro explica cómo reconocerlas y alternativas existentes para tratarlas. 

Las várices son mucho más que una simple preocupación estética. Para muchas personas, estas venas abultadas y retorcidas pueden generar dolor, sensación de pesadez en las piernas e incluso derivar en complicaciones más serias si no se tratan a tiempo. En Clínica Miguel Claro, especialistas en enfermedades vasculares explican cómo identificarlas, qué opciones existen para su tratamiento y cuándo es recomendable una cirugía. 

A simple vista, las várices suelen presentarse como venas de color azul o morado oscuro que resaltan bajo la piel. En algunos casos, pueden no causar molestias, pero muchas veces vienen acompañadas de síntomas como ardor, calambres, hinchazón en los tobillos o una sensación constante de cansancio en las piernas, especialmente después de permanecer mucho tiempo de pie o sentado. Además, la piel alrededor de las venas afectadas puede tornarse más sensible, generar picazón o incluso cambiar de color. 

“Las várices son una manifestación de insuficiencia venosa, lo que significa que la sangre no está circulando correctamente y se acumula en las venas de las piernas. No se trata solo de un tema estético. Si no se tratan a tiempo, pueden derivar en complicaciones como trombosis o úlceras venosas que afectan gravemente la calidad de vida del paciente”, explica el doctor Juan Andrés Parra, especialista en cirugía vascular periférica de Clínica Miguel Claro. 

Si bien existen formas más leves de insuficiencia venosa, como las llamadas “arañitas vasculares”, que aparecen como redes de finos capilares en la piel, el problema de fondo es el mismo: una circulación deficiente que, de no ser tratada, puede empeorar con el tiempo. 

El tratamiento varía según el grado de la afección. En etapas iniciales, cambios en el estilo de vida, ejercicio y el uso de medias de compresión pueden ayudar a aliviar los síntomas. Sin embargo, cuando las várices ya son más evidentes o generan molestias constantes, existen procedimientos médicos efectivos para eliminarlas. Entre ellos, la escleroterapia es una de las opciones más utilizadas: mediante la inyección de una sustancia especial, la vena afectada se sella y desaparece progresivamente.  

Para casos más avanzados, las técnicas de cirugía láser o radiofrecuencia ofrecen una alternativa mínimamente invasiva, utilizando calor para cerrar las venas afectadas sin necesidad de incisiones. También está la cirugía tradicional, que permite retirar las venas dañadas cuando la enfermedad ya ha progresado demasiado. 

Someterse a una operación suele generar dudas, pero los procedimientos suelen ser ambulatorios y la recuperación es rápida, permitiendo a los pacientes retomar su rutina en pocos días. “Los avances en cirugía vascular han permitido tratamientos mucho menos invasivos y con excelentes resultados estéticos y funcionales. La clave es que los pacientes consulten a tiempo para evitar complicaciones innecesarias”, agrega el especialista de Clínica Miguel Claro. 

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